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5 tips para aprender a tolerar la incertidumbre.

El futuro es incierto y en tiempos de cuarentena, si puede ser, aún más. Por ello, llevar bien la incertidumbre no es tarea fácil.

Sin embargo, las personas con baja tolerancia a la incertidumbre presenta características en común:

- Necesitan revisar las cosas una y otra vez.


- Tienden a la indecisión y evitación.


-Les cuesta delegar, necesitan tener el control.


-Sobreestiman lo negativo.


-Se preocupan en exceso.



Así mismo, como nada es blanco negro, existen diferentes grados de tolerancia a la incertidumbre:

- Muy baja tolerancia a la incertidumbre: tendencia a la rigidez y a controlarlo todo.


-Baja tolerancia a la incertidumbre: personas temerosas con un tendencia a la preocupación excesiva.


- Intermedia: se mantienen en un equilibrio saludable y viven el presente.


-Muy alta tolerancia a la incertidumbre: son buscadores de sensaciones y minimizados de riesgo.


No obstante, recuerda que los extremos nunca son buenos y que en el equilibrio se encuentra la clave de nuestro bienestar.


Así que, si sientes que tienes una baja tolerancia a la incertidumbre, aquí te dejo algunos tips que podrían ayudarte:


-Vivir el presente: es imposible saber que nos deparará el futuro pero sí podemos actuar en el aquí y ahora. Reserva toda tu energía en lo que seguro que sí puedes hacer.


-Planea: imagina diversos escenarios y respuestas. .


-Cuestiona pensamientos catastróficos: ¿tengo evidencias que justifiquen mis pensamientos? ¿Si pasará eso que temo sería tan malo? .


-Yin yang: ni lo malo es tan malo, ni lo bueno es tan bueno. La incertidumbre puede ser una oportunidad, un aprendizaje... .


-Control vs fluir: ¿eso que temes está bajo tu control? Pon tu esfuerzo únicamente en las cosas que dependan de ti.



Y tú, ¿qué haces para tolerar la incertidumbre?










Nota importante: como digo siempre, los tips no son una receta mágica. Son una guía o un punto de partida pero tienes que hacerlos tuyos y/o ir incorporando aquello que te ayude. Un hábito requiere tiempo, practica y constancia y, sobre todo, consciencia. Ser consciente es siempre el primer paso para llevar a cabo cualquier cambio. Y recuerda, si esto dificulta tu día a día acude a un psicólogo.











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