La ira. Esa emoción en forma de cicatriz que nos recuerda lo que nos hicieron.
Es ese castigo que nos damos a nosotros mismo por el error de otro. Nubla nuestra mente y nuestra visión.
Sin embargo, la ira es sólo la guardaespaldas de la tristeza. Esa tristeza que sentimos por haber amado. Amado a un amigo, a una madre, a una pareja...
La ira es esa emoción que si no sueltas, se convierte en rencor, que como ponzoña, recorre tu cuerpo envenenándolo, haciendo más daño al recipiente en el que se almacena que a cualquier cosa sobre la que se vierte.
Así que perdona a quienes te hayan hecho daño. No porque ellos se merezcan tu perdón, sino porque tú mereces tener paz. Y recuerda, quien te enfada, te domina. .
Y tú, ¿qué haces con tu ira?
Kommentare