¿Cuántas veces habremos evitado situaciones, emociones, personas y pensamientos incómodos? Seguramente, muchas.
A veces lo hacemos de manera consciente y otras inconscientemente y, sin embargo, siempre todas están movidas por el miedo.
Huir de nuestros problemas es una carrera que nunca vamos a ganar. Estarán siempre ahí, esperándonos, haciéndose incluso más grandes.
A veces, huir nos llevará paradójicamente al lugar que estábamos evitando o a situaciones en las que nunca quisimos estar.
No obstante, huir es también supervivencia. A veces, es prudencia, otras inteligencia y no siempre cobardía.
No te diré si huir esta bien o mal, porque no todo es blanco o negro, pero si te preguntaré si te limita. Saber desde dónde y por qué hacemos las cosas es la llave para tener una vida llena de paz y equilibrio.
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