y no un puerto donde quedarse.
Hace poco, la vida me dijo a su manera que mirara al pasado. En él he encontrado nuevos matices y, sobre todo, muchas respuestas. En ocasiones, nuestro pasado está presente en nuestras vidas de manera informativa y otras para no dejarnos avanzar. Escuchar a nuestro pasado y reconciliarnos con él es importante porque tiene voz y voto en nuestro presente y futuro. Es cierto que las personas estamos en un cambio continuo, pero siempre hay matices que permanecen. Nuestro pasado es un faro y no un puerto para quedarse parados. Si encuentras pequeñas coincidencias, que algo se repite... PARA.
Mira y escucha, porque tu pasado es tu mejor guía de referencia. No prestarle atención te puede llevar a repetir lo mismo una y otra vez. Aun así, no olvides mirar hacia delante y seguir navegando porque otros puertos te esperan. En definitiva, escucha a tu pasado y reconcíliate con él porque podrás encontrar más respuestas, más preguntas y, sobre todo, te encontrarás un poquito más a ti.
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