Cuando ser consciente afecta a la ansiedad, depresión, autoestima etc.
Ser consciente puede ser a veces una grandísima mierda.
Darse cuenta de que boicoteamos nuestra propia felicidad, de que sentimos amor pero también rabia hacia un padre, que desde nuestra baja autoestima somos incapaces de alegrarnos por los éxitos de los demás y que los hacemos sentir tan mal como nos sentimos nosotros, es jodido y duele, duele mucho. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
Por ello, evitamos vernos cara a cara con nosotros mismos. Racionalizamos las vivencias y las emociones que hay en ellas. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ Sin embargo, el no ser conscientes también nos hace esclavos de nuestras represiones, de la culpabilidad y de los conflictos tóxicos de nuestras relaciones con los demás y con uno mismo. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ Saber por qué lo hago, de dónde viene, qué es nuestro y nuestra responsabilidad nos libera pero también duele. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
Lo peor: ¿soy consciente y todo sigue igual? Cierto, a veces darse cuenta no es suficiente.
Hay que recolocarse y ver qué haces con ese conocimiento y dolor. No es fácil y es un viaje que una vez lo empiezas, es de por vida. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
Pero como decía Nietzsche: “La libertad es la voluntad de ser responsables de uno mismo”.
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